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¿Qué diferencia hay entre un espumoso y un cava?

Aunque el cava es técnicamente un tipo de vino espumoso, no todos los espumosos son cava. La diferencia principal está en el método de elaboración y el origen.

El cava se elabora exclusivamente bajo la Denominación de Origen Cava, con normas estrictas y el método tradicional (segunda fermentación en botella).

En cambio, los vinos espumosos pueden elaborarse con distintos métodos, como el Charmat (fermentación en depósitos) o el método ancestral, lo que les da un estilo más ligero o afrutado.

Además, el espumoso puede proceder de distintas regiones, y no está limitado a una zona ni a ciertas variedades de uva. Si buscas algo más informal, afrutado o moderno, el espumoso puede ser una excelente alternativa al cava más clásico. 

¿Cómo se debe servir un vino espumoso correctamente?

Para disfrutar al máximo de un vino espumoso, es fundamental servirlo bien frío, entre 6 y 8 °C.

Evita meter la botella en el congelador: lo ideal es enfriarla en una cubitera con agua y hielo durante al menos 20 minutos. Al abrir la botella, hazlo con cuidado para no perder burbuja: gira la botella, no el corcho, y sosténlo firmemente con una servilleta.

En cuanto al vaso, la mejor opción es una copa tipo flauta o tulipa, ya que ayuda a conservar el carbónico y concentrar los aromas.

Sirve en pequeñas cantidades para mantener la temperatura y el gas. Con estos simples pasos, tu espumoso conservará su frescura, efervescencia y sabor desde la primera copa hasta la última.