1. ¿Cuál es la diferencia entre caldos y cremas?
Aunque a simple vista pueden parecer similares, caldos y cremas son productos distintos tanto en textura como en composición y uso culinario.
El caldo es un líquido ligero y claro que se obtiene al cocer en agua ingredientes como carnes, huesos, pescados, verduras o hierbas aromáticas. Su función principal es servir como base para otras preparaciones o consumirse directamente, especialmente en sopas, arroces, guisos o estofados. El caldo suele tener una textura líquida, sin espesantes, y se caracteriza por su sabor limpio y reconfortante. Los caldos más comunes son de pollo, carne, verduras o pescado.
La crema, en cambio, es una preparación más espesa y homogénea. Se elabora a partir de verduras u otros ingredientes cocidos y triturados, a los que se les añade un agente espesante, como nata, leche, mantequilla o incluso patata. Las cremas tienen una textura aterciopelada y un sabor más denso y complejo. A menudo se sirven como primer plato, especialmente en épocas frías, y pueden incluir toppings como picatostes, queso o hierbas.
En resumen:
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El caldo es líquido, claro y más ligero.
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La crema es espesa, suave y más saciante.
Ambos son reconfortantes, pero su uso y textura los hacen adecuados para momentos o recetas diferentes.
2. ¿Cuánto tiempo se conserva un caldo una vez abierto?
Una vez abierto, un caldo envasado (ya sea en brick, botella o lata) debe conservarse en el frigorífico y consumirse en un plazo corto para garantizar tanto la seguridad alimentaria como el sabor óptimo.
En general:
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Caldo abierto y refrigerado a 4 °C o menos: se conserva entre 3 y 4 días.
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Si no se va a consumir en ese plazo, se puede congelar sin problema, manteniendo su sabor y propiedades durante hasta 3 meses en el congelador.
Para una mejor conservación:
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Guarda el caldo en un recipiente hermético y limpio.
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No lo dejes a temperatura ambiente más de 2 horas.
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Etiqueta el envase con la fecha de apertura.
Consejo: Si el envase no indica lo contrario, una vez abierto el caldo pierde rápidamente sus cualidades organolépticas, por lo que lo ideal es planificar su uso o congelar lo que sobre para futuras recetas.
