Descubre qué tipos de jamón hay en España

¡Saludos, aficionados del sabor!

Si estás aquí, no es por casualidad. Estás en busca de una experiencia gastronómica digna de contar, y si hay algo que España puede ofrecerte en abundancia, ¡son los tipos de jamón!

Si alguna vez te has preguntado sobre los distintos tipos de jamones en España, ¡hoy es tu día de suerte! 

España no solo nos ha regalado flamenco, paella y fiestas interminables, también nos ha brindado una variedad impresionante de jamones, cada uno con una historia, sabor y textura únicos.

Y bueno, si te preguntas cuántos tipos de jamones españoles hay… ¡Agárrate de tu silla (o de tu jamonero) porque vamos a sumergirnos juntos en esta deliciosa travesía!

Desde el popular jamón serrano hasta el exclusivo jamón pata negra, este es un recorrido que ningún amante de la comida puede perderse. ¡Empecemos este viaje juntos!

¡Ah! Y antes de que lo olvides, si alguna vez te encuentras en una cena y necesitas impresionar con tus conocimientos sobre el tipo de jamón que estás degustando, ¡este artículo es tu as bajo la manga!

Los protagonistas: conoce los tipos de jamones en España

¡Bien, queridos gourmets! Vamos a zambullirnos de lleno en el universo de los tipos de jamones en España. ¿Preparados?

No es exagerado decir que los jamones son prácticamente la realeza en la gastronomía española. Y como en toda corte real, hay varios tipos de jamón protagonistas que desfilan con majestuosidad.

Descubre qué tipos de jamón hay en España

¡Vamos a conocerlos!

  1. Jamón Serrano: Empezamos con el rey de las montañas. ¿Por qué? Porque este delicioso tipo de jamón se cura en altitudes elevadas, de ahí su nombre «serrano». Es como ese amigo confiable que nunca te falla en las reuniones. De sabor suave pero decidido, este jamón es perfecto para iniciar en el mundo de los tipos de jamones españoles. Si todavía no lo has probado, ¿a qué esperas? ¡Es una parada obligatoria en esta ruta del sabor!
  2. Jamón Ibérico: Ahora, damas y caballeros, presento al príncipe encantador de esta historia: el jamon iberico. Producido a partir de cerdos de raza ibérica (de ahí su nombre), este jamón tiene una textura y sabor que te hace bailar flamenco con las papilas gustativas. Y, si nos adentramos un poquito más en este universo ibérico, nos encontramos con el famosísimo «jamón pata negra». Esta joya es el resultado de cerdos alimentados exclusivamente con bellotas. ¡Si el jamón tuviera una alfombra roja, el pata negra sería la gran estrella!
  3. Jamón de Teruel: ¿Has oído hablar del jamón con Denominación de Origen que viene directo desde Aragón? ¡Eso es el jamón de Teruel! Quizás no tenga el mismo reflector internacional que los anteriores, pero, ¡vaya que tiene personalidad! Su sabor delicado y su curación minuciosa de al menos 14 meses lo convierten en el caballero secreto que todos quieren conocer en la fiesta.

Así que, ya lo sabes, la próxima vez que te enfrentes a una tabla de jamones, sabrás identificar a cada uno de estos protagonistas. 

¡Y quién sabe! Quizás te conviertas en el narrador estrella en tu próxima reunión familiar o con amigos, compartiendo historias y datos sobre los tipos de jamón.

Pasos para diferenciar los tipos de jamón y no morir en el intento </h2>

¿Alguna vez te has encontrado en la situación de tener delante una pata de jamón y no saber si es serrano, ibérico o de Teruel? ¡No temas! No estás solo en esta encrucijada.

Diferenciar los tipos de jamón en España puede ser todo un reto, pero con estos pasos, te convertirás en el Sherlock Holmes de los jamones.

  1. El color nos delata: Comenzaremos con algo visual. El jamon serrano se jacta de un color rosado intenso, como un atardecer veraniego en la Costa Brava. En cambio, el jamón ibérico te seducirá con tonos que varían entre rojo y morado, recordándonos a un buen vino tinto. ¿Y nuestro amigo de Teruel? Su tono es más pálido, como una brisa suave de las montañas aragonesas.
  2. Grasa, la pista resbaladiza: ¡Ojo a la grasa! Y no, no hablo de las calorías. El jamon pata negra, esa superestrella del ibérico, suele presumir de infiltraciones de grasa en la carne, ofreciendo un sabor y textura inigualables. ¡Es como si cada bocado te diera un abrazo! Por otro lado, el jamón serrano es más tímido en este aspecto, mostrando menos grasa visible.
  3. El precio, ese confidente indiscreto: Aunque no nos guste admitirlo, ¡el precio nos da pistas! Si ves un jamón con un precio que te hace pensar en hipotecar la casa, es probable que estés frente a un ibérico, especialmente el pata negra. Por otro lado, los serranos y los de Teruel suelen ser más amables con el bolsillo, ¡pero igual de ricos en sabor!
  4. Etiqueta, no me falles: Si aún te sientes perdido, da una ojeada a la etiqueta. A menudo, nos brinda información sobre la procedencia, alimentación y raza del cerdo. Además, si ves palabras como «bellota» o «cebo», ya puedes hacerte una idea del tipo de jamón ibérico que tienes delante.

Así que ya sabes, la próxima vez que estés frente a una deliciosa tabla de jamones, no te sientas abrumado.

Con estos pasos, podrás identificar y apreciar cada tipo de jamón como un verdadero experto.

Y si alguien te pregunta, ¡haz alarde de tus conocimientos! Porque, después de todo, la vida es más sabrosa cuando conocemos sus secretos.

 Consejos para disfrutar al máximo de cada tipo de jamón

Si habéis llegado hasta aquí, no solo queréis conocer los tipos de jamones en España, sino también cómo sacarles el máximo partido.

Pues bien, al igual que no se puede correr una maratón sin las zapatillas adecuadas, ¡no se puede disfrutar plenamente de estos jamones sin los consejos apropiados!

Así que toma nota, porque vamos a convertir cada bocado en una experiencia inolvidable.

  1. A temperatura ambiente: Al igual que nos gusta disfrutar de una tarde soleada, los tipos de jamones españoles prefieren ser degustados a temperatura ambiente. Sácalos del frigorífico un rato antes y deja que se calienten naturalmente. Verás cómo los sabores se potencian.
  2. El corte perfecto: ¡Cuidado con el cuchillo! Cortar el jamón es todo un arte. Si puedes, invierte en un buen cuchillo jamonero y corta láminas finas y alargadas, sobre todo si es un jamón pata negra o ibérico. ¡Así podrás apreciar mejor su sabor y textura!
  3. Maridaje esencial: ¿Sabías que el vino adecuado puede elevar tu experiencia con el jamón? Para el jamón serrano, un buen vino blanco es un compañero excepcional. Pero si te inclinas por el jamón ibérico o el pata negra, ¡un tinto reserva es el aliado perfecto! Y para nuestro amigo de Teruel, un rosado fresquito hará maravillas.
  4. Acompañantes ideales: Aunque los protagonistas indiscutibles son los tipos de jamón, algunos acompañantes pueden potenciar su sabor. Imagina unas tostadas con tomate y ajo para el serrano o unas almendras tostadas para el ibérico. ¡Delicia pura!
  5. Menos es más: Aunque pueda parecer tentador comer todo el jamón de una sentada (¡y te entendemos!), recuerda que se trata de un manjar para disfrutar con calma. Come lentamente, siente cada textura y sabor. Deja que tu paladar se deleite en cada bocado y te cuente la historia de cada tipo de jamón.

Con estos consejitos en mano, te garantizo que tu próxima experiencia con los jamones será digna de un rey o reina.

Así que ya lo sabes, la próxima vez que tengas delante un plato de este manjar español, tómatelo con calma, sigue estos consejos y disfruta del viaje gastronómico.

¡Buen provecho y a disfrutar de cada bocado!

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